17 septiembre, 2005

"Ayudando a ayudar"



Lugar: La Rural de Palermo – Buenos Aires – 197?
Carpa inflable del “Circo de Ray Patrick”

La compañia ademàs de Ray Patrick y Evelin, era compuesta por Héctor, Dominò, Flautin y Farolito, clowns fantasticos y por supuesto los quias. Una tarde, después del espectaculo viene una persona de la organizaciòn y me dice que hay una señora que quiere pasar atràs del coreto para hablar conmigo, que le dijeron que no se podia, y como ella insistia tanto, me dicen que vaya haber que quiere. Voy, encuentro una señora joven, con un nene de tres o cuatro años de la mano, me dice casi desesperada: ... “Ud. Es la unica persona que me puede ayudar” ... mi estupor crece al màximo, me explica que su hijito, lindisimo pibe, tiene problemas de oido y los medicos le han dicho que esa enfermedad no tiene cura, ella desesperada se habia dirigido a todos los especialistas habidos y por haber, recibiendo de todos la misma respuesta, ya no tenia màs fuerzas pero no se rendiria hasta encontrar la cura para su hijo, por lo que queria que yo le diese un talismàn o algo que la ayudara y le diera fuerzas en su lucha, ... le digo que yo de esas cosas no entiendo, que era mejor que fuese a los medicos, ... “Si, yo voy a todos, pero Ud. me tiene que dar algo que me de fuerzas para seguir buscando, aunque sea por un tiempo, no resisto màs”, ... le digo que voy a ver si puedo hacer algo, que pase mañana. Pienso y pienso que puedo hacer, entre las varias soluciones posibles, opte por agarrar un poroto de manteca que en ese momento habia en casa, pintarle algunos signos cabalisticos, una bolsita y listo. Al otro dia cuando viene la señora le doy tan “preciado tesoro” dicendole: … “Esta talismán es muy potente, no curara para nada a su hijo, pero le reforzará a Ud. el espiritu y le dara la fuerza necesaria para que siga buscando, hasta encontrar, la tan anhelada cura de su niño, cuando sienta sus fuerzas enflaquecer, lo agarre en sus manos y lo tenga intensamente, hasta sentir que le retorna otra vez la energia, este talismàn no la abandonarà nunca, sus poderes terminaràn cuando finalmente encuentre el doctor o aparezca la cura para que su hijo vuelva a sentir” ... Al sentir estas palabras a la señora se le iluminaron los ojos e inmediatamente sus expresiones cambiaron, de una profunda tristeza se transformaron en una inmensa alegria, al haber encontrado nuevamente las perdidas fuerzas. Espero sinceramente que esta señora, con ese pequeño empujoncito “milagroso”, haya encontrado el especialista que la hiciese, en un dia no muy lejano, en un parque cualquiera exclamar: ...
“Veni, no te ensucies, no corràs màs, te dije que no grites Ricardo !!!