05 octubre, 2005

"El Payaso"


Lugar: Un circo en el gran Buenos Aires – 1973-4 ?

Con mi hermano Daniel trabajabamos los fines de semana en un circo que recorria los diferentes barrios del Gran Buenos Aires, Realizàbamos ademàs del nùmero de magia, transmisiòn del pensamiento. En la misma compañia, se encontraba trabajando entre otros el enano Miguelito. La paga no era muy alta, pero en compenso teniamos la posibilidad de “vender el horòscopo”, Miguelito de parte suya tambien habia arreglado un contrato similar, por lo tanto, éramos dos los competidores en la venta, que era en la segunda parte, el que primero salia, tenia màs posibilidades, ya que de salir en segundo lugar (a vender, no en el espectàculo) el pùblico, entre entrada, manies, gorritos, pororo, etc., ya estaria muy escaso de fondos. La discusiòn era quien salia primero en la segunda parte, ya que ambos teniamos “muy buena carnada”, nosotros con la transmisiòn del pensamiento, donde le adivinàbamos de todo a todos y Miguelito que recitaba la poesia “El payaso” que dejaba el publico con las lagrimas en los ojos, nos pusimos de acuerdo de una vez cada uno. Eran treS funciones los sàbados y cuatro el domingo, con el circo casi siempre lleno, un montòn de “clientes”, los horòscopos eran unas tiritas largas, con el encabezado del signo correspondiente, junto con él, dàbamos una "Cruz de Caravaca" como talismàn, la herramienta principal de nosotros era la tijera, dado que si bien ibamos llenos hasta las manijas, siempre se agotaba algun signo, teniendo que hacer recurso a dicha herramienta para cortar los nombres de los signos y de esa manera andaban bien pa’todos. Una cuenta por arriba, viviamos en un telo de cuarta en Combate de los Pozos y Alsina, atorre y morfe, comprendida la cena, mil quatrocientos pesos por dia, o sea diezmil quinientos por semana y sacabamos en esos dos dias del circo ochenta o noventamil pesos, imaginarse, eramos UNOS REYES y Miguelito también.
Lastima que después cuando se terminaba, otra vez retornabamos a la normalidad.

EL PAYASO

De un ataque al corazón murió anoche un payaso,
lo más divertido del caso
es que cuando su cuerpo se hallaba inerte,
la gente aplaudía e insistía que repitiese la muerte.

Es el payaso en esta vida,
a quien Dios destinó a sufrir
pues tiene que hacer reir
aunque tenga el alma herida.

Con su sonrisa fingida,
tiene penas que ocultar
y si el payaso pudiera hablar,
y contar sus amarguras,
hasta las almas màs duras
podrian con el llorar.

No pidais que me ría,
que de mi risa me espanto
he reído tanto, y tanto
carcajadas de dolor
que en este mundo traidor
se aprende a reir con llanto.

Querido público presente sólo un aplauso os pido
y quedare satisfecho,
guardandolo aqui en mi pecho
como un payaso agradecido.


un poema de José Maturana

charlesrandall.blogspot.com